Nada de lo que hay en lo grande falta en lo pequeño,
fuera no existe nada que no se pueda encontrar dentro. El que mira las cosas llamativas y anhela sus secretos, pero no es capaz de asombrarse de la insignificancia, ése, que busca el secreto, se encuentra con el fracaso, porque no se puede encontrar aquello que se desprecia. El sabio no necesita argumentar sus principios, pues la verdadera sabiduría no precisa ser demostrada; desde el espíritu levanta montañas sin mover un dedo. |
sábado, 10 de enero de 2015
Dao de Jingcapítulo 10
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