Cuando todas las cosas avanzan en el Camino
las armas se funden y se construyen arados, hombres y animales limpian y cultivan el campo. Porque el Camino lo lleva todo hacia la plenitud, y no hace distinciones ni excluye cosa alguna. Pero si los hombres no tienen el mismo Norte, unos se estorban a otros, se oponen y se enfrentan, y las armas valen más que la cosecha de trigo. El deseo humano que excluye al prójimo mata toda posibilidad de satisfacción duradera. No existe mayor estupidez, ni más destructiva, que una ambición sin satisfacción posible. El que no anhela plenitud que no sea compartida siempre verá satisfechos todos sus anhelos. |
lunes, 29 de diciembre de 2014
Dao de Jing-capítulo 9-
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