jueves, 25 de diciembre de 2014

Dao de Jing-capítulo 8-






El conocimiento humano necesita de la limitación para poder existir,
por eso a sus ojos lo ilimitadamente perfecto parece imperfecto.
Pero la perfección opera en el hombre aunque éste se niegue a conocerla.
El ser humano necesita del vacío para conocer la plenitud,
por eso la absoluta plenitud es absoluto vacío ante sus ojos.
Mas la absoluta plenitud no es menos plena por no ser conocida.
Lo absoluto no tiene espacio en el conocimiento humano,
por eso la gran rectitud el hombre sólo la puede concebir curvada,
la perfecta elocuencia la escucha como simples palabras infantiles.
La absoluta eficacia, que no olvida ni lo cercano ni lo lejano,
es ineptitud para el hombre, que busca la plenitud en su limitación.
La acumulación nunca es riqueza, sino que es carencia sobre carencia.
El sabio no posee nada, pero todo está al alcance de sus manos,
todos los bienes se le acercan porque él nunca los atrapa para sí.

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